Algunos consejos:
- Date cuenta que por muy culpable que puedas sentirte por tu pasado, no puede cambiarse.
- ¿Qué estás dejando de hacer por sentirte así? Vive el presente y disfruta de cada segundo. Estás perdiendo el tiempo en lamentarte.
- Lo que puedes cambiar: si ves que te sientes culpable a menudo, es porque haces algo que te hace sentir mal. Averigua qué es y cámbialo.
- En las situaciones en que te sientes mal, ¿te has dado cuenta si es por una conducta que has aprendido o por algo tuyo? Recuerda que nos nutrimos de los demás, en pensamientos, actos, emociones, valores… Si no son tuyos sino aprendidos, libérate de ellos.
- Puedes llevar un diario de esas situaciones que te hacen sentir culpable. Anota cuándo ha ocurrido, con quién y qué ha pasado. Así podrás ver si es una manipulación de otra u otras personas o realmente eres tú quien se siente mal.
- Pon límites. Si te sientes mal porque «te hacen sentir culpable», necesitas establecer unos límites a tu familia, amigos para que no te manipulen. Si a ellos no les parece bien un acto y a ti sí, no tienen porque obligarte a que sientas culpa por ello.
Os voy a poner un ejemplo para que veáis qué es la manipulación en estos casos. Imagináos que habéis acabado vuestros estudios y encontráis un trabajo, ¡genial! Quieres independizarte, empezar a vivir tu sola, saber lo que significa tener tu propia casa… Entonces, al comentarlo en casa tu madre te dice que si te vas de casa, ella puede enfermar y estarías lejos para ayudarla. Tú te sientes mal y decides no irte aún, esperar un poco. Pasa un tiempo y vuelves a planteártelo, lo vuelves a decir en casa y pasa lo mismo. Eso es manipulación y no deberías permitirlo.
